Villatuelda

El otoño climático no se ha retrasado, respecto del estacional; y tras un mes de septiembre soleado y con buenas temperaturas, al fin han llegado las esperadas lluvias que han traído consigo la bajada de las temperaturas diurnas. Las nocturnas ya eran fresquitas y aunque en las horas del sol, vestíamos de manga corta, por la tarde y de mañana había que abrigarse un poco.

Septiembre se despide con lluvias abundantes, que han sido bien recibidas por el campo, pues el verano en Villatuelda ha sido extremadamente caluroso y escaso de precipitaciones. Solo llovió un día, y el agua fue tan escasa, que no se pudo arar las rastrojeras como es costumbre, para que purgue la tierra y nazca la otoñada (La semillas de malas hierbas que quedan en los rastrojos),

Las viñas no han acusado la ausencia de precipitaciones porque acumulaban reservas de humedad de la primavera, que fue abundante en precipitaciones; pero estas lluvias le vendrán muy bien para terminar la maduración de los racimos y que las uvas engorden al tener la planta humedad renovada para alimentase.

Los girasoles, tan bonitos en verano con sus coronas amarillas destacando sobre el agostado campo castellano; se han desprendido de sus pétalos y las pipas están a punto de recolección. Las plantas y las tortas se están secando, y cuando las condiciones climáticas mejoren, comenzarán las cosechadoras sus faenas. Seguramente coincidirán estas faenas con la vendimia.

Bienvenido sea el otoño, tiempo de la recolección de la miel, la nuez y el mosto. De sementera del cereal temprano y de roturar los campos para las siembras de primavera. De arboles, desnudados por el viento y de humo de las glorias, saliendo por las chimeneas.