Villatuelda

Ayer entro oficialmente la primavera, pero los días despejados y con buenas temperaturas de las semanas pasada, han adelantado la llegada de la nueva estación y Villatuelda acusa los primeros síntomas de la primavera.

Los almendros siguen en pleno apogeo de floración y las abejas han abandonado su letargo invernal y han salido a libar en las primeras flores que anuncian el despertar de la naturaleza. También los sauces y los olmos empiezan a cubrir su desnudez invernal con hojas nuevas.

Las mañanas ya están animadas por la sinfonía musical de los gorriones que pasan el invierno con nosotros y que animan el despertar del vecindario. Las urracas y los grajos están en plena faena de construcción se sus nidos. La cigüeña no se animó a tomar posesión del nido de la torre, pero sus congéneres ya están empollando. Son las más adelantadas porque también fueron las primeras en llegar y arreglar sus nidos.

El campo está todo verde, con las tierras de labor sembradas de cereal que ha brotado con fuerza tras un invierno lluvioso. Las viñas ya están podadas, aunque no se aprecia la pujanza de sus brotes;  y mejor que sea así, pues si se adelanta puede verse afectada por alguna helada tardía y malograse la cosecha.

Las calles están animadas, pues los vecinos salen a pasear y a comentar las buenas temperaturas que se han adelantado y parece que estuviéramos en mayo. Esperemos que no se cumpla el refrán que dice: “cuando marzo mayea, mayo marcea”, y vengan para entonces las granizadas que son propias del invierno.